NUESTRA NIÑEZ


A veces se hace complicado hablar de la infancia o niñez sin que salten recuerdos espontáneos a nuestra mente...  
recuerdos de todo tipo... 
recuerdos que nos han marcado de por vida, tanto para lo bueno como para lo no tan bueno... Nuestros padres, personas que han utilizado en su mayoría el formato aprendido por nuestros abuelos, nos han criado con la sabiduría del “siempre ha sido así”... 
Formato que de alguna forma se ha impuesto por inercia, por adherencia o resigno, o que en otras ha sido todo lo contrario a lo reconocido como antiguo, es decir, - lo que no he tenido yo y la falta de cosas, que mis hijos no lo padezcan... llevándonos al otro extremo! 

Vamos a cambiar la palabra crianza por educación, y formato por manera; y en ese cambio nuestros vástagos han de recibir la información de vida para ser completamente libres de pensamientos y de acciones basadas en la honestidad, el amor al prójimo y el respeto sobre todas las cosas. 

Tres palabras bien olvidadas en la sociedad actual del todo vale, de mirar por uno mismo aún atacando al de al lado, la de envidiar la suerte o fortuna del otro en vez de admirar y seguir ese camino escogido o sorteado; no, nos ponemos en la cuerda floja del entretenimiento fácil, del criticar rápido, envolviéndonos en una energía amarga llena de espinas que nos arañan en el día a día de uno, haciendo heridas sangrantes que adolecen el alma y violentan al portador de esa carcasa.
Este patrón de conducta no sólo se da en familias desestructuradas, maltrechas, aquejadas del infortunio, sino en las que habiendo estado muy unidas, enriquecidas y admiradas por las cúpulas del fausto, hacen de su día a día un cúmulo de tensión debido a no saber superar las carencias afectivas de sus mayores en su crecimiento. 

Eso nos da unos jóvenes perdidos de valores, de respeto, de amor al prójimo, perdidos de calma y sosiego... 

Importante es darse cuenta de toda esa mochila cargada de errores y penas, y querer vaciarla... Cuantas cargas acumuladas durante nuestra infancia, sin apenas darnos cuenta, sin apenas recordar que lo sufrimos; han ido esculpiendo nuestro cuerpo dolorido y nuestra alma maltrecha de innumerables bloqueos que nos condenan a un
comportamiento tal que origina en nuestro diario escrito, dolor, rabia y pena, y que frustra cualquier ápice de prosperidad y sanación de todo aquello que realmente anhelamos.
Limpiar nuestra energía, nuestra aura, nuestra alma, nos hará más libres y fuertes en la decisión de ser felices durante nuestro viaje en esta vida llena de senderos y gratos motivos...
Suerte a todos y mucho amor.

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