Compleja melancolía

Hubo un día en que las aves sobre volaban lo azul del mar sin miedo a encontrar tierra firme donde descansar, un tiempo en el que los niños jugaban en las calles y el griterío llenaba de ilusión a los mayores al pasar, un tiempo en el que la gente se sentaba a dialogar en las puertas de las casas esperando a que las estrellas y el fresco de la madrugada les invitaran a entrar y a descansar...

En ese tiempo crecí yo, en el tiempo que los valores humanos te eran transmitidos por tus ancianos en la forma que ellos sabían, ni mejor ni peor, en su forma... Aquel tiempo en el que el respeto por tus mayores era claro, firme y sin atisbo alguno.
Hoy en día veo los jóvenes, y no me gusta generalizar, pero hemos ido 'evolucionando' hacia lo tecnológico y no hacia lo personal, hacia el 'quiero y tengo todo' y no disfruto de nada, hacia la insolidaridad del más débil frente al endiosamiento del pedante y burlón 'Gran hermanero' que triunfa sin más, seguido por este rebaño de incoherentes chicos sin claros valores, todos con Smartphone, gafas grandes de pasta, peinado futbolero, en el caso de los chicos, y pantalones-cinturón para estar súper monas ellas... Viviendo en la superficie de lo moral, de lo simplemente estético, y creyendo que el mundo empieza un viernes y acaba un domingo resacoso y habiendo perdido la dignidad en cualquier lugar...

Añoro lo antiguo, lo real, lo que tenías que experimentar de una forma más natural...

Yo fui voluntario de la Cruz Roja, pero voluntario de verdad, de poder socorrer al más débil en ese momento crucial... comienzas haciendo amigos de los que hoy sigo su evolución personal... gente con sus fallos y demás, pero con el propósito de crecer cada día un poco, cada día un grado más...

Recuerdo... que empiezas demasiado joven, tenía mis inocentes 16 cuando recién aprobado el curso de socorrista, asistí a mi primer 'tráfico', obviamente iba acompañado de mi maestro en socorrismo y emergencias, y nada podía salir mal... 

- ""era de noche, el teléfono de la asamblea sonó como nunca, y en seguida supe que me tocaba actuar, la tensión del equipo se acentuó y comenzamos a subir a la ambulancia (menudo cacharro metálico lleno de instrumentos, luces y sirenas), mientras la sirena y las luces abarcaban todo, mi instructor me dijo - "mírame siempre a los ojos y yo te diré que hemos de hacer... tranquilo que todo saldrá bien..." , mi corazón se salía del pecho, la oscuridad de la noche no ayudaba a que esa emoción fuese a mejor... corríamos carretera abajo, al famoso km 11, famoso por accidentes sin resolver, por lo dramático de los casos... pero la ambulancia iba cada vez más rápido... a lo lejos alcanzamos a ver más luces azules y rojas, nos indicaban que la Guardia Civil y los Bomberos habían llegado ya... a estos se le sumaron las naranjas de nuestra alfa... Comienzo a ver un camión gigante de esos que llevan tierra, el camión había pasado por encima de un coche con el techo completamente chafado... mis ojos no daban crédito yo me dije a mi mismo, "cómo habrán quedado los de adentro?" 
Los cristales rotos de las ventanas adornaban la autovía como de una alfombra de confeti en una fiesta no autorizada, ... líquidos derramados sobre el asfalto reflejaban aún más las luces de colores.... y el ruido sordo de los rotativos retumbaba sin cesar...
Bajamos de la ambulancia y nos dirigimos al agente que nos indicaba que todos estaban bien, que el matrimonio y el niño de unos 6 años de edad, se habían salvado al tirarse al suelo del coche... mis ojos no daban crédito, vivos!!!?? En ese momento supe que un milagro de los gordos había hecho su mitad. Ahora nos tocaba a nosotros llevarles al hospital, Bellvitge era el destino, por dios qué lejos que está!
Mi jefe de equipo me dice, - "tú encárgate del niño", le sujeté por los hombros y el pobre temblaba tanto del susto y del impacto, que sería imposible que percibiese mi inseguridad... y en ese momento, yo tomé las riendas, nadie podía hacer mi trabajo, y era calmar y cuidar a ese ser indefenso y muerto de miedo... 
Durante el viaje se fue calmando cada vez más y más... Me sentí muy útil al poder ayudar siquiera en esos momentos de drama y tan mal estar... sentí que mi vida iría encaminada a ayudar a los demás, que mi vida en esta vida trataría de eso... de ser útil a los demás!""

No digo que seamos todos salvadores de otros, ni mucho menos, lo que vengo a decir, es que los mayores tenemos la misión de transmitir valores a nuestros indefensos peques, y digo indefensos porque les dejamos al antojo de publicidad, televisión y la gran ventana del ordenador, sin ser conscientes de lo manipulador del caso... , hemos de cuidarles y acompañarles en los cambios de su camino, para NO decidir por ellos, sino para ayudarles a que tengan decisión por saber lo que les mueve, lo que les gusta, lo que les preocupa... a saber cómo quieren llevar las riendas de su vida y ser capaces de ello... a hacerles libres para dirigir su sentido en esta vida... Estoy seguro que se podría eliminar la asignatura de religión por la de "SER PERSONA", os aseguro que a todos les ayudaría en su crecer diario.

- En la libertad de tus actos, en el respeto al de al lado, y en el fluir de tus pensamientos, está el futuro de un Ser enriquecido de éxito!


Gracias por leerme hasta aquí.

Juanjo Pérez.














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