Del dicho al hecho...

Solemos decir que todo está bien, que es lo normal, que la vida es así, ...con sus problemas, sus peleas, sus luchas, su sufrimiento, ... lo tomamos como algo natural e incluso socialmente aceptado... necesitamos estar mal para poder valorar los momentos felices, aunque sean pocos... ya que la normalidad es el sufrimiento, la lucha y el resignamiento... (para nada estoy de acuerdo...)

Me 'duele'cada día más ver como la gente se hace daño, simplemente en su forma de pensar de sí mismos, o en la particular forma de ver su situación tan dolida por los momentos...  me 'enerva' el poder del 'fuerte' sobre el caído, la amenaza constante de 'no des un paso' o todo eso tendrá represalias... de esas que son impuestas por el miedo a la soledad fruto de una vida poco expresada en la realidad de los sentimientos, y que son dirigidas por las heridas del Alma que se encuentra encerrada entre tanta maraña de invalidez de pensamientos positivos a cerca de lo realmente valeroso que es uno, y que se somete a las trompetas del vacío dolor de un oscuro sentimiento del que no soy digno...

Me horroriza como espectador, ver que se asume la culpa del otro y se doblegan las fuerzas argumentando que 'te quiero' y que por eso te ordeno lo que debes sentir, hacer, y obedecer, ya que eres posesión mía y las represalias son mi arma arrojadiza hacia esa persona emocionalmente de rodillas que grita hacia adentro para que nadie sepa que su corazón está roto de tanto amor mal entendido.

Cada año que pasas degustando esas circunstancias son años de soledad y culpa hacia ti mismo, porque sabes lo que quieres y sabes que lo que tienes, NO es lo que soñaste de pequeña mientras jugabas con muñecas y el príncipe se acercaba a caballo... O mientras te sentías héroe y protegías y salvabas a tu amada del mundo maligno al que se enfrentaba... Resulta que en algún momento del cuento, nadie te explicó cómo llevar a cabo ese mérito y esa dicha, la de dignificar tu persona por encima de todo, la de amarla y respetarla, la de asumir el dolor como algo que pasó y que se disuelve en el tiempo para eliminar la angustia que causó en aquel momento y para hacerte ser más libre de caer en el vacío del dolor ajeno.

Sólo podemos avanzar cuando abrimos nuestra alma al AMOR verdadero, ese amor lleno de comunicación y respeto por las voluntades del prójimo y las heridas del camino. Ese Reconocimiento del Ser que hay en ti es el mismo Ser que hay en mi... y soltando todo ese miedo, aferrarnos a seguir caminando hacia la libertad del Amor bien entendido... Amor hacia mí mismo y por supuesto hacia la libertad del otro.

No hablamos de Miedo al cambio, hablamos de Amor en el camino...






Si necesitas preguntar algo o aclarar alguna cosa, no dudes en ponerte en contacto conmigo...

Juanjo Pérez Gálvez
Hipnólogo Clínico y Maestro Canalizador
Tel. 667.474.990 (consulta privada)
juanjo@centrodubhe.com











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