Carta nunca escrita...

Querido Tiempo,

Se dice, se oye, se proclama que tú lo curas todo, que pase lo que pase en tu distancia se ven las cosas desde otro prisma más añejo... Ay Tiempo Tiempo, si tu supieras lo que yo he esperado todo esto... Si tu entendieras como yo ahora puedo verlo... 

Gracias a ti he podido ver las cosas en la distancia, creyendo que ahora todo era distinto, creyendo y asegurando que todo estaba correcto... Ay Tiempo Tiempo, si supieses lo que he estado aguardando que el daño se repare solo y que la llama que me quema acabe por disolverse en la oscuridad del Todo...

Tú me has dado la oportunidad, a veces a la fuerza, de intentar por todos los medios no echarle de menos, ni siquiera cuando de bien pequeño, en mi camita rezaba a los Ángeles que me guarden de todo lo malo... Ay Tiempo Tiempo, si tu supieras lo que he estado esperando este momento...

Crecí, madure como pude, a veces a trompicones y carreras que desde un inicio estaban ya perdidas... Crecí imaginándome en lo más hondo cómo podía ser su figura, cómo podian ser sus manos sujetándome cuando he caído... Cómo podría sentir su energía perdida de aquel que ni siquiera se respetaba a sí mismo...

Ay Tiempo, ahora he aprendido a ser finalmente amable con quien tengo de frente, honesto con lo que muestro y siento, y fuerte a base de caminar despacio... Ay Tiempo Tiempo, si tu supieses cuanto me ha costado todo esto... sin su apoyo y con el resto...

Me encantaría poder dedicarle esta carta si no te importa, me gustaría compartir contigo, Tiempo, toda esta historia creada en algún momento tan lejano que ni siquiera puedo yo verlo...


- "Todo comenzó en algún momento tardío, y sé que fue heredado igual que se hereda el color de sus ojos, o la forma de sus manos..., Ay Tiempo Tiempo, me gustaría que supieras cuanto le he echado de menos...

Cuando recuerdo el dolor que me embarga en mi caminar desde pequeño, compruebo que sólo son recuerdos adquiridos por el paso del tiempo, y no recuerdos grabados en directo, sino mensajes dictados por las palabras heridas de mi entorno, que no por eso han sido menos ciertas...

¿Sabías que las palabras siempre tuvieron su peso? ...Siempre sentí cierta culpa por no ser lo suficientemente bueno para él, por no poder compartir mi camino, pero la imposibilidad de sostenerse a sí mismo en su camino, le hizo ser víctima y verdugo de su propio destino.

Ay Tiempo Tiempo, le he echado tanto de menos que ni siquiera he sabido amarle desde mi Alma caída en la trampa del odio, fruto de su abandono.

Pero lo cierto, es que tengo que darte las gracias por estar en este mundo pese a que no pudiste quedarte a mi lado. Ahora se que tú también estabas triste sin poder abrazarme, que tus actos sólo fueron heredados de una situación semejante e injusta, y que yo ahora decido zanjar para siempre, para que el dolor se convierta en Amor a lo que sí fue verdadero.

Con esto quiero que descanses en Paz, quiero que puedas mirarme a los ojos y te sientas orgulloso de mi, quiero que me sostengas en tus brazos y que podamos mirarnos desde el Alma y no desde el rencor que creció dentro... porque en mi fuerza están tus brazos, en mi corazón tu sentir amado y en mis éxitos, los tuyos!


Ay Pápa Papá, te he echado tanto de menos..."





Juanjo Pérez Gálvez
Hipnólogo Clínico y Maestro Canalizador
Tel. 667.474.990 (consulta privada)
juanjo@centrodubhe.com

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