Lo que me daña...

¡¡¡Tenemos que acabar con nuestros pensamientos destructivos, negativos e innecesarios!!!






- "La prisa, el estrés, las situaciones del entorno, aquello que no podemos obviar, todo eso que durante años vamos generando como una rueda de coche al andar, casi sin darnos cuenta porque no hemos parado a hacer caso a las alarmas naturales que tiene toda mente pensante, porque es más fácil creer que "ya cambiará sólo", sí sí... llegamos a creer que las cosas cambian solas, y para nada es real, las cosas que no nos gustan, seguirán ahí si no generamos algo que las mueva de ese sitio incómodo en el que están... lo que sea, pero no vale ampararse en la culpa del otro sin haber pasado por la aceptación de nuestra propia responsabilidad, pero sin degollarnos en el intento, sino con sumo cariño, mostrándonos desde el respeto, la habilidad de perdonarnos en todo aquello que elegimos mal."


Y me preguntan constantemente, - Y cómo hago cambios de lo que no me gusta?

Y yo les digo, - Pues, no haciéndolo o haciéndolo de manera diferente...


Veamos un ejemplo muy sencillo de Maria y su "adicción al café":

Una rica tarde me dispongo hacer café, al rato encuentro que me dañó el estómago y mi barriga me comienza a lastimar... bueno, me quedo pensando y digo, será casualidad!...
Al día siguiente, con la inercia, me tomo otro café, y al poco comienzan los retortijones de barriga y mi malestar... recuerdo que ayer me pasó lo mismo y bueno, será casualidad, acabé tomándolo sin más.

Pasan unos días sin tomar café, porque intento recuperarme de lo mal que me sentaron esos dos seguidos...
Y otro día, casi sin pensar, y de forma natural me dispongo a tomar café, aunque ahora ya tengo ese rumor en mi cabeza de si me sentará bien o mal... Me lo tomo, me vuelve a sentar mal, me quedo otra tarde destrozada del estómago y recordando mi mala suerte...

Pasan las días e insisto, me tomo otro café aún sabiendo que las últimas veces me sentó mal, y me digo, es que yo siempre he tomado café y nunca me sentó mal...! Pero de nuevo, y a oídos sordos, volvemos a enfermar de nuevo, pero esta vez, me siento mal conmigo misma porque ya sabía que me sentaría mal y aun así lo hice de nuevo...

Me quedo algo tocada, triste, e incluso lo explico a mi mejor amiga... ¿tú crees que me sentó mal el café? ...será casualidad, verdad??? A lo que mi amiga dice, a mi también me sentó mal el otro día, pero no hagas caso, a veces es lo que hay... será por otra cosa... Qué te parece si mañana quedamos y hacemos un café?

Al día siguiente, estas amigas se vuelven a encontrar y a tomar café juntas, y de nuevo les sienta mal y de nuevo se unen más en un guión ya escrito de que el café es malo, pero que es lo normal... Y centran toda su tarde en lo mal que les sienta el café a las dos y bla, bla, bla...

La situación les une aún más, ... 

- menos mal que te tengo a ti para hacer café, le dijo Maria a su amiga, 

...a lo que la ésta respondió, 

- sí, menos mal que nos pasa a las dos, así nuestra pena es compartida...


Y así se forjo esa gran amistad basada en la enfermedad...

Ahora, tú mismo o tú misma puedes responder a la pregunta que me hiciste con anterioridad?

Puedes hacer algo diferente a aquello que te sienta mal, siendo consciente de que si la situación te daña, pese a que toda la vida haya sido igual, has de saber que todo empieza por abandonar ese patrón de conducta... Haz algo diferente, no te excuses en que siempre ha sido así o yo soy así, porque si esas afirmaciones te dañan, cámbialas! ...No permitas que la inercia domine tu vida, no dejes en la culpa de los demás toda esa angustia y mueve tu culo por generar una nueva conducta, pese a que te duela, a que te de rabia, a que sientas pena, a que creas que le debes algo a esa persona que no cumple tus expectativas, mueve tu culo del diálogo de la pena, porque a nadie le importa realmente, cuan enfermo estás... Vende otro mensaje a los tuyos, vende otra cara que no sea de lástima y saciedad por algo que no te atreves a cambiar por si lo que viene, ese gran desconocido te compra unas entradas para la Felicidad...



Y si aún no sabes cómo, llámame y entre los dos buscaremos a ese gran desconocido...



Juanjo Pérez Gálvez
Hipnosis - Canalizaciones
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