Me limito, te limitas, se limita...

Es cierto que somos miedo de nuestros pasados, de lo que nos han explicado, de lo que hemos heredado, y de lo que hemos sido en otros diversos planos... También es cierto que somos dueños de esos miedos, porque están en nosotros, y por tanto también somos los responsables de dejar que dirijan nuestras vidas de alguna forma... Ahora bien, esto no significa que dando un golpe en la mesa, así como ocurre en las películas, podamos enfrentarnos a todos estos miedos y bloqueos tan diversos, que aunque ni siquiera conozcamos, perturban nuestros pensamientos más profundos y extraños con verdaderas posturas limitantes de nuestro propio pensamiento, castigándonos de alguna forma o prohibiéndonos, que no es lo mismo, de alguna otra...

Lo que sí debemos entender de todas todas, es que aquello que creemos cierto, sólo lo es en nuestra mente y en nuestro entendimiento, puesto que la verdad es tan subjetiva como mentes pensantes hay en el universo... Es bien cierto porque pensamos en aquello que nos frustra, sintiéndolo y creyéndolo, dándole la certeza que hace que las cosas se construyan ante nuestros ojos, en nuestra piel, en nuestro momento... Como cuando éramos pequeños y veíamos imposible atarnos los cordones de los zapatos... (muchos niños siguen con el Velcro en los zapatos con la excusa de la comodidad, pero no es más que una excusa para no enfrentarse a un reto...).

Se que el miedo es poderoso, y su fuerza es nuestro bloqueo, nuestra incapacidad de reacción, con el cuerpo o con la palabra, nos mata desde el silencio del que grita por dentro muerto de miedo sin comprender nada o poco de lo que ocurre ante sus ojos incluso cuando se sienta a solas entre un mundo de gente con la que no encajamos ni un poco...




Todo eso es cierto, pero no se trata de empezar a correr de repente haciendo ver que somos verdaderos atletas, se trata sobre todo de caminar poco a poco, apoyándote de esas personas que te ofrecen la mano para comenzar a enfrentarnos a todo aquello que nos mutila, que nos divide, que nos ahoga como si nos sujetasen del cuello... pero siempre con al confianza en uno mismo para poder generar cambios reales y no solo de palabra, ...también sin prisas, pero con constancia y movimiento, con algo más que discursos que atropellados salen de tu boca intentando convencerte de lo que no has hecho como si eso te diese ya el derecho de sentarte de nuevo...

Los cambios se llaman así porque son maneras de hacer, pensar y sentir la cosas que hasta hace un momento me partían el Alma. Los cambios son eso que los demás vemos sin que por ello haya ningún titulo en el Facebook. Los cambios sólo son ciertos cuando te paras a mirar aquello que has hecho y te das cuenta que tus piernas se movieron de forma automática hacia lo bueno. Los cambios son pequeños retos que hemos de coser en nuestra carne para que no vuelvan a ocupar otro puesto diferente al que le toca, el puesto de honor de tu mejora, de tu crecimiento y respeto. Los cambios son aquellos pequeños premios a la valentía de salir de tu miedo.

Tampoco ayuda nada si te hablas con lamento y te presentas al mundo como víctima de la vida, las circunstancias y todo eso. Y tampoco ayuda nada entonces, que los demás sigan tu discurso triste explicado desde esa posición limitante, ya que esa vibración rebotará en ti en un universo paralelo aflorando más aún aquello por lo que luchas de manera errónea para salir de ello.

Ya se que te estarás preguntando y cómo lo hago para afrontar mis miedos... Y no hay una sola respuesta válida para todo el mundo, sino aquel pequeño empujón desde donde aquello que te funcione te lleve de la mano del miedo a esa libertad deseada.


Juanjo Pérez Gálvez
Hipnólogo y Canalizador

Comentarios

Entradas populares de este blog

El despertar del malvado

Creo que no se amarme

El Affair